Se ha demostrado que los nutrientes derivados de las plantas protegen contra los cambios en el cerebro que conducen a trastornos neurológicos. En 2021, dos artículos de revisión identificaron a la fisetina como una de las más prometedoras. Los estudios preclínicos muestran el potencial de la fisetina para reducir el impacto del accidente cerebrovascular, el deterioro cognitivo leve y la demencia.