Sea-Iodine™, 60 cápsulas

Durante décadas, a los estadounidenses se les ha dicho que eviten la sal de mesa. Pero cuando se reduce la sal de mesa yodada, las personas pueden, sin saberlo, reducir su consumo de yodo a niveles subóptimos. Los análisis de la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición (NHANES) muestran que los niveles de yodo en la orina se han desplomado desde la década de 1970.

La buena noticia es que puede evitar la sal de mesa yodada sin sacrificar los beneficios para la salud del yodo. Sea-Iodine™ es una fórmula patentada de bajo costo que las personas preocupadas por su salud pueden tomar todos los días para respaldar los niveles óptimos de yodo. Con ingredientes naturales extraídos de una mezcla de algas marinas orgánicas, Sea-Iodine™ le brinda la salud del mar y evita los peligros del consumo excesivo de sal. Las algas que se encuentran en Sea-Iodine™ le proporcionan más del 667 % del valor diario recomendado de yodo natural.

El yodo es un oligoelemento que promueve la salud y es esencial para la vida. Su función biológica principal radica en la producción de las hormonas tiroideas triyodotironina (T3) y tiroxina (T4).1 T4 y T3 contienen cuatro y tres átomos de yodo por molécula, respectivamente. La glándula tiroides absorbe activamente el yoduro de la sangre para producir y liberar estas hormonas en la sangre.

El yodo se encuentra abundantemente en vegetales y plantas marinas. En áreas donde no se comen alimentos marinos, las personas tienen niveles más bajos de yodo.2 Por esta razón, los fabricantes comerciales de sal de EE. UU. han agregado yodo durante mucho tiempo para brindar este ingrediente clave a su dieta. Sin embargo, ahora conocemos las preocupaciones asociadas con comer demasiada sal de mesa, lo que resucita el dilema de dónde obtener fuentes saludables de yodo.

Irónicamente, las personas preocupadas por su salud suelen ser las más propensas a desarrollar niveles bajos de yodo.3 Una de las razones es que los atletas y las personas que realizan un gran esfuerzo físico agotan sus reservas naturales de este oligoelemento a través de la transpiración. Los vegetarianos también tienen una probabilidad sustancialmente mayor de niveles bajos de yodo que las personas carnívoras, ya que los alimentos de origen vegetal son menos ricos en yodo que los alimentos de origen animal. Un estudio demostró deficiencia de yodo en el 25 % de los vegetarianos y en un increíble 80 % de los veganos.4